Sin duda el más conocido testaferro del vicepresidente de Venezuela, Tareck El Aissami, es el enchufado Samark López.
la administración de Trump impuso sanciones a El Aissami y al susodicho testaferro Samark López, por participar en el tráfico de drogas a escala internacional además de lavado de dinero.
Durante las investigaciones subsecuentes,
resultó que Samark, quien también se ha enriquecido a través de la corrupción
emanada de los CLAP, se había comprado una mansión en la Florida por 16,5
millones de dólares.
Sin embargo ha salido a la luz otro testaferro: se trata de Walter Stipa y hasta ahora ha
logrado mantener un muy bajo perfil a pesar de estar involucrado en incontables estafas, negocios sucios y haber sido objeto de demandas en Estados Unidos por estar involucrado
en un escándalo considerado “el esquema Ponzi más grande de la historia de
Connecticut” según reportajes, en este hecho también participaron otros
chavistas corruptos, incluyendo a Francisco Illarramendi.
El 24 de agosto de 2015, Tareck
El Aissami, el entonces el gobernador de Aragua, le otorgó la concesión del
Hotel Golf Maracay por 30 años a la cadena hotelera Marriott, la cual es
representada en Aragua por Walter Stipa. Desde el primer momento, el acuerdo
levantó varias sospechas. Según investigaciones, El Aissami le otorgó la
concesión a Stipa sin haber presentado un plan de inversión, un solo dato sobre
cuánto costaría el proyecto, beneficios para el estado por restauración,
remodelación e inversiones, y ni siquiera una valla con los nombres de los
ingenieros, restauradores o personal. Meses después, en noviembre del año
pasado, El Aissami, pocas semanas antes de que fuese nombrado como vicepresidente,
anunció que las restauraciones llevadas a cabo en el Hotel Golf Marriot,
alcanzaron un 80% de avance, y que su inauguración estaba prevista para el 20
de mayo de 2017. Esta fecha, cómo sabemos, ya ha pasado.
Su empresa, la cual se llama “Desarrollos”, está
siendo investigada por estar involucrada en una estafa de 300 millones de
dólares. Según los medios, el corrupto chavista Illarramendi, quien ya se
declaró culpable del crimen, realizó pagos fraudulentos de 15 millones de
dólares a Walter Stipa para construir un hotel en Aruba — ¡dinero del esquema
Ponzi para construir un hotel de cinco estrellas! De hecho, de acuerdo con los documentos
legales, Stipa es el accionista mayor en, al menos, cuatro hoteles de lujo en
Sudamérica y El Caribe. Por ejemplo, su empresa también firmó un acuerdo con el
gobierno de las islas Turcas y Caicos para la construcción del hotel Ritz
Carlton de 224 millones de dólares.
Ahora, ¿por qué estaría El Aissami involucrado con Walter Stipa
sabiendo que es un corrupto? ¿Por qué trabajaría con su empresa de construcción
cuando está siendo investigada por robar millones de dólares? ¡Porque están
trabajando juntos! Porque juntos están estafando al pueblo venezolano. Quizás
lo más hipócrita es que El Aissami le está dando a Marriott, una cadena
hotelera norteamericana, supuesto enemigo capitalista de esta robolución, el
mismo Hotel Golf Maracay que fue expropiado por el presidente Hugo Chávez,
según él, en nombre del socialismo y para beneficiar al pueblo. En el 2010,
Chávez ordenó la recuperación de las instalaciones del hotel, constituido por
178 habitaciones, dos grandes salones, además del área de la piscina y el campo
de golf. Ahora, El Aissami aprobó dos billones para el proyecto con Marriott
–¿cuántos de estos reales se han embolsillado? – mientras que el régimen de
Maduro también le entregó los hoteles expropiados en Valencia y Puerto Ordaz a
la cadena Marriott. ¿No saben que Marriott Internacional es una gran
corporación norteamericana, con más de 6.000 propiedades en más de 120 países,
con una facturación de más de 14 billones de dólares al año y con en el estado
de Maryland? Pues obviamente que lo saben. Los corruptos funcionarios del
Gobierno siempre se han convertido en capitalistas cuando les conviene.
Via: Guisos Rojos
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